Tal y como se comentaba en la anterior entrada de #PopetMascotasBlog (Alimentos que no se deben dar a un perro), hoy traemos un listado de alimentos que no se deben dar a los gatos.
La alimentación felina (como en todos los mamíferos y animales) es un aspecto muy importante a tener en cuenta y que tiene consecuencias directas en la salud del animal. Esta serie de artículos sobre alimentación (que comenzamos con los alimentos prohibidos para perros), tiene su continuación hoy con un listado de alimentos que no se deben dar a los gatos. El sistema digestivo de los gatos es especial y muy particular.
Alimentos como el café, chocolate o vísceras de pescado resultan peligrosos para la salud gatuna. La ingesta de estos alimentos (y otros) traen consigo diarreas, intoxicaciones y en algunos casos pueden acabar en la muerte del animal.
Chocolate: El chocolate tiene teobromina y el metabolismo de los gatos no tiene la capacidad para eliminar esta sustancia. Si se le da chocolate al gato como para que la sustancia se acumule en grandes cantidades en la sangre, puede resultar tóxica e incluso mortal.
Leche: Los gatos se van volviendo intolerantes a la lactosa a medida que van desarrollándose y creciendo. La leche, además, está contraindicada en los gatos que sufren enfermedades renales diabetes, cálculos urinarios o trastornos digestivos.Si al gato le gusta la leche, una buena receta son las leches especiales para gatos como las que Royal Canin o Whiskas tienen en el mercado.
Alcohol: Como es obvio, las bebidas alcohólicas resultan perjudiciales para la salud del gato. Las consecuencias que puede tener un gato tras la la ingesta de alcohol son: incontinencia urinaria y, en grandes cantidades, la muerte.
Vísceras de pescado: Que el pescado gusta a los gatos es cierto (es un animal carnívoro). No obstante, hay que ser conscientes y saber que muchas vísceras de esta carne cruda puede llegar a provocar al gato parálisis o rigidez en los músculos (conocida como Parálisis de Chastek). Estas vísceras tienen un componente que se encarga de desturir la vitamina B1 y la carencia de esta vitamina es la que provoca la parálisis.
Además, las espinas suponen otro peligro a la hora de consumir pescado. Ciertos pescados tienen espinas que pueden llegar a producir perforaciones en el esófago y obstrucciones intestinales.
Huesos de pollo: Los huesos de pollo son peligrosos para el gato porque su ingesta le puede provocar daños en el intestino, como perforaciones u obstrucciones. Si se da la situación de ofrecerle pollo, tiene que ser deshuesado y cocido.
Comida y snacks de perro: Tal y como ocurre con los perros, ¡cada animal tiene que tener su propia comida! Los gatos deben comer pienso para gatos y los perros deben comer pienso para perros. Lo mismo ocurre con los premios y snacks. Tras un comportamiento positivo, hay que premiar al gato con snacks específicos para gatos.
Cebolla: Cebolla, cebollinos y puerros contienen tiosulfato. El tiosulfato es un componente que, en los gatos, provoca la destrucción de los glóbulos rojos provocando así anemia hemolítica. Por lo tanto, son verduras que hay que evitar de todas todas en la alimentación felina.
Sal: La dieta básica de un gato debe incluir poca sal con el objetivo de evitar cúmulos de restos salinos en los riñones. La alimentación propia (piensos gama media y media-alta) de un gato contiene las proporciones adecuadas y justas de sal. No obstante, si se quiere dar algún tipo de alimento extra (siempre de manera puntual y excecional) se recomienda que se utilice jamón york o pavo bajo en sal.
Importante tener en cuenta que los gatos con problemas cardiovasculares deben evitar siempre la sal.
Estos alimentos componen un listado básico para saber que no se puede dar a un gato. Al fin y al cabo la alimentación es la base de una buena salud.
